~Difusión Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires . Distrito XI~

IDENTIFICARON LOS RESTOS DE “TITO” MASCHIO, ESTUDIANTE DE PSICOLOGÍA  DE LA UNLP, DESAPARECIDO EL 6 DE DICIEMBRE DE 1977

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos de Raúl Ramón “Tito” Maschio. Oriundo de Concordia -provincia de Entre Ríos- quien estudiaba la carrera de Psicología de la Universidad de La Plata; además de trabajar por la mañana en el registro catastral de provincia, vivía en Gonnet y militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista.

Tito con sus 22 años, tenía rendidos los finales del tercer año de la carrera y las cursadas de cuarto año aprobadas, rindió su último final el 1 de diciembre de 1977. Unos pocos días después, el 6 de diciembre, fue secuestrado en su casa, en el marco del denominado “Operativo Escoba” que tuvo por objetivo exterminar a esa organización política. Según testimonios fue visto en el Batallón 601 de Comunicaciones de City Bell y también habría sido visto en el centro clandestino de detención “La Cacha”, ubicado en las afueras de la ciudad de La Plata. Su cuerpo fue enterrado como NN en el cementerio local y fue hallado por el EAAF hace unos años atrás, cuando la justicia federal dio la orden de exhumar los cuerpos NN enterrados en fosas comunes; y en abril de este año se logró finalmente su identificación.

Alejandrina Lafitte, su mamá de 91 años, y su hermano Eduardo “Chiche” Maschio, podrán por fin enterrar los restos de Tito, a quien buscaron por más de 40 años. A veces, le preguntan a Chiche sobre su hermano, “si andaba en algo raro”. “Todavía quedan esos resabios. Mi hermano estudiaba Psicología y empuñaba libros de Freud que para la dictadura eran libros de gruesísimo calibre”, es la respuesta que da con evidente ironía. Y concluye: “después de tanto tiempo, vamos a tener un lugar donde llevarle una flor para recordarlo.”

Desde nuestro Colegio celebramos la noticia de la restitución de Tito, porque celebramos que la memoria triunfe por sobre el plan siniestro de desaparición y muerte de los perpetradores. Porque a partir de ahora, cada flor en esa tumba será una muestra de la lucha por la verdad y la justicia, que recogerá otras mil flores de vida.