/Fuente: Colegio de Veterinarios PBA/

En los últimos días, se ha observado una abundante presencia del insecto Astylus atromaculatus (conocido como «7 de oro») en distintos cultivos y pasturas florecidas, principalmente de alfalfa, en el norte de la provincia de Buenos Aires.
El Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA Balcarce registró una alta presencia de este insecto en localidades como Fortín Olavarría, General Villegas, Carmen de Areco, Junín y, más hacia el centro de la provincia, en Olavarría.
El consumo accidental del Astylus atromaculatus por parte de bovinos y otras especies, como ovinos y equinos, puede provocar enfermedad gastrointestinal con alta letalidad. Esta afección fue diagnosticada por el SDVE INTA Balcarce en enero de 2023, a partir de estudios experimentales y de campo realizados en conjunto con instituciones nacionales e internacionales, como la Universidad de California-Davis (EE.UU.), INIA, FVET y DILAVE (Uruguay). Dichos estudios confirmaron la etiología y permitieron profundizar en el conocimiento de su patogenia.
Este año, el nivel de infestación de las pasturas disponibles para bovinos es menor en comparación con 2023. No obstante, se recomienda monitorear los potreros destinados a consumo animal para evaluar la presencia del «7 de oro» y tomar las medidas necesarias en cada caso.
Asimismo, se aconseja revisar los rollos de forraje producidos a partir de estas pasturas, ya que se ha comprobado experimentalmente que el insecto mantiene su efecto tóxico incluso seis meses después de estar seco. Sin embargo, hasta el momento no se han registrado episodios naturales de intoxicación a partir del consumo de rollos.
Recientemente, el SDVE INTA Balcarce documentó un episodio de intoxicación en la localidad de Fortín Olavarría durante la última semana de enero de 2025. En un feedlot visitado por el equipo, se reportó la afectación de 44 vaquillonas (36,0%) y la muerte de 32 (26,2%) de un total de 122 animales en un lapso de siete días.
Los animales afectados presentaron síntomas como rechazo al consumo, decaimiento, bruxismo, deshidratación, abdomen sumido y, en raras ocasiones, diarrea. En la necropsia, se observó gastroenteritis necrohemorrágica confirmada histológicamente, además de la presencia de fragmentos del insecto en el contenido ruminal. Este episodio tuvo una alta incidencia debido a la alimentación con alfalfa recién cortada, lo que favoreció la acumulación del insecto en los comederos y, en consecuencia, una mayor ingesta accidental.
Dado el riesgo que representa la presencia de Astylus atromaculatus en las pasturas, se recomienda a los productores monitorear los cultivos y forrajes destinados a la alimentación animal para prevenir posibles intoxicaciones.