/Fuente: Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires /

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Con más de tres décadas de trayectoria, su paso por el Harás La Biznaga, su experiencia internacional en Chile y su proyecto familiar en 25 de Mayo reflejan el compromiso, la pasión y la entrega con la que ha transitado esta profesión.

Desde sus primeros veranos en el campo de sus tíos en Bolívar, rodeado de vacas de tambo y caballos, Martín Ferrari sintió una conexión profunda con los animales. “Me pasaba todas las vacaciones ahí, y fue en ese entorno donde le tomé el gustito a la veterinaria”, recuerda. Nacido en Mar del Plata en 1960, ese vínculo temprano marcaría el rumbo de toda una vida dedicada a la medicina veterinaria.

Su recorrido profesional está fuertemente ligado al Harás La Biznaga, uno de los establecimientos más destacados del país, donde trabajó durante 30 años. “Fue una experiencia única. Me formé profesional y personalmente. Para mí, La Biznaga fue irrepetible e irremplazable”, afirma con emoción. Su llegada se dio tras una pasantía en 1985, seguida por experiencias en otros haras y en medicina de pequeños animales, hasta que en 1988 recibió el llamado que cambiaría su vida: “Mi padre me dijo ‘el tren pasa una sola vez, te podés subir o no’. Me subí y me quedé”.

En 2018, con la venta del harás, se cerró una etapa significativa. Pero lejos de detenerse, Martín emprendió nuevos desafíos. Primero, junto a su esposa Juliana, decidieron apostar por un proyecto propio en 25 de Mayo: un laboratorio veterinario. “No había un laboratorio en la zona, así que nos animamos. Arrancamos con anemia infecciosa equina y análisis clínicos, y con el tiempo sumamos diagnósticos de brucelosis y enfermedades venéreas”, detalla. La pandemia dificultó el proceso de habilitación, pero lograron salir adelante.

Luego vino la experiencia internacional. En 2022, viajó a Chile para incorporarse al Haras Don Alberto, uno de los más importantes de la región. “Me fui solo, fue un gran desafío. Pero el proyecto valía la pena. Había más de mil animales, un lugar increíble”, cuenta sobre su estadía en la ciudad de Los Ángeles, al sur del país.

A lo largo de su carrera, Martín enfrentó muchos desafíos, desde dejar su ciudad natal para apostar por nuevos caminos hasta mudarse a otro país. En cada etapa, el sostén familiar fue clave. “La familia es todo. Mi hija nació mientras vivíamos en La Biznaga, y mi esposa también trabajó allí. Siempre estuvimos muy arraigados, como equipo”, destaca.

Hoy, con décadas de experiencia, elige transmitir lo aprendido: “Es una profesión espectacular. A los jóvenes les digo que se acerquen a colegas con experiencia, que pregunten, que escuchen. Es casi una obligación de quienes ya recorrimos un largo camino, compartir lo que sabemos”.