#Protagonistas’25 del CVPBA: «La ecografía al servicio de la mejora productiva en diversas zonas del país»

/Fuente: Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires /


Cuando tenía 16 años, Daniel Piccirillo tomó una decisión que marcaría su vida: estudiar veterinaria. Su interés por el campo, los animales y la biología lo llevó a ingresar a la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil en 1977 y a graduarse en 1983. Al terminar sus estudios regresó a su pueblo, Saavedra, donde comenzó a trabajar junto a un colega. Sin embargo, la crisis económica de 1985-86 lo obligó a reinventarse y asumir la administración de un tambo, experiencia que lo acercó aún más al funcionamiento integral de los sistemas productivos. A fines de 1986 retomó la actividad veterinaria, adquiriendo la clínica donde había iniciado, y combinando la práctica clínica con la nutrición y la reproducción.

El comienzo de su especialización llegó en 2003, cuando incorporó el primer ecógrafo a su trabajo. La búsqueda de conocimiento lo llevó a capacitarse en Uruguay, hacer prácticas con colegas de la Facultad de Tandil y especializarse en ecografía avanzada. Ese camino continuó con formación en ecografías de calidad de carne, certificaciones para programas genéticos y capacitación en ecografías del aparato reproductor del macho. Un proceso de perfeccionamiento constante que consolidó su perfil técnico.

Hoy, Daniel continúa ejerciendo en clínica, reproducción, nutrición e inseminación, actividad que realiza desde antes de graduarse. Desde hace seis años trabaja junto al colega Jhonatan Briane, conformando un equipo que les permite brindar un servicio integral a sus clientes. Paralelamente, desarrolla tareas de ecografía de calidad de carne en cabañas y feedlots de diversas provincias, lo que lo llevó a recorrer distintas regiones del país, en especial el norte.

Viajar y trabajar en territorios tan diversos no solo le permitió ampliar su mirada profesional, sino también conocer culturas rurales, modos de organización y dinámicas productivas que enriquecieron su forma de ejercer. En exposiciones nacionales de Corrientes y Chaco generó vínculos y amistades con colegas de todo el país, experiencias que, como él destaca, muestran la importancia del trabajo colaborativo, sin egoísmos y con especializaciones compartidas.

Los inicios no fueron sencillos. Cuando comenzó con ecografías de calidad de carne, la técnica era incipiente en Argentina y la inversión inicial era alta. Tuvo que dedicar tiempo, asumir gastos de viaje y apoyarse en su familia en una etapa en la que los clientes eran prácticamente inexistentes. Con esfuerzo y perseverancia, formó una sociedad inicial con el Méd. Vet. Sebastián Madero y más tarde adquirió su propio equipamiento homologado, consolidando su actividad en esta especialidad.

Para Daniel, la clave del trabajo en ecografía no está solo en la tecnología, sino principalmente en el conocimiento. Señala que un ecógrafo puede comprarlo cualquiera, pero la interpretación correcta y la responsabilidad profesional requieren formación continua. Entender las herramientas, minimizar errores y aportar valor productivo son, para él, aspectos esenciales del rol del veterinario.

Su labor tiene impacto directo en los sistemas de selección genética. Las mediciones de área de ojo de bife, grasa dorsal, grasa de cadera y grasa intramuscular permiten observar avances hereditarios en pocos años cuando se utilizan adecuadamente. Además, recientemente comenzó un proyecto junto a una colega uruguaya para validar un software predictivo en feedlots, comparando datos ecográficos con resultados de frigorífico. Una iniciativa que podría abrir nuevas posibilidades para colegas que quieran especializarse en esta área.

La experiencia acumulada en estos años también le dejó aprendizajes sobre el último eslabón de la cadena productiva: la comercialización de carne. Sostiene que los veterinarios son fuertes en sanidad, reproducción y nutrición, pero que aún hay campos donde la profesión debe recuperar protagonismo frente a otras disciplinas.

Su mensaje final es una invitación a ampliar la mirada profesional:
“No nos quedemos solo con el tacto, la revisión de toros o las campañas sanitarias. Hay muchas especialidades que crecen y en las que los veterinarios tenemos mucho para aportar si invertimos en conocimiento y tecnología”.

Con una vida dedicada a la producción animal, la ecografía y el trabajo en territorio, Daniel Piccirillo representa el compromiso de quienes impulsan mejoras reales en los sistemas ganaderos del país.

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