Editorial del Dr. Cova, Presidente de FABA: «La esencia de nuestra historia»

/Fuente: Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires /


Hemos atravesado y atravesamos constantes situaciones de crisis que se transforman en desafíos.

Por Dr. Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires

En la vida, los desafíos aparecen constantemente, a veces de manera inesperada y otras veces como consecuencias naturales de nuestros sueños y aspiraciones. Aunque muchos pueden ver los desafíos como obstáculos que dificultan el camino, en realidad son oportunidades disfrazadas, invitaciones a descubrir nuestra verdadera fuerza y a expandir nuestros límites.

Enfrentar un desafío implica salir de la zona de confort, mirar de frente lo desconocido y confiar en nuestras capacidades, incluso cuando dudamos de ellas. Es normal sentir miedo, inseguridad o cansancio; son emociones que nos recuerdan que estamos vivos y que nos importa el resultado.

Sin embargo, la clave no está en evitar esos sentimientos, sino en aprender a convivir con ellos y avanzar a pesar de ellos.

Las instituciones Bioquímicas sabemos de desafíos y los enfrentamos cotidianamente. Albert Einstein escribía: “La adversidad es la preparación para la grandeza, no te preocupes por los fracasos, preocúpate por las oportunidades que pierdes al no intentarlo, sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía”. Estas afirmaciones contienen la esencia de nuestra historia, ya sea en FABA, Fundación o en EMSA hemos atravesado y atravesamos constantes situaciones de crisis que se transforman en desafíos.

Cada reto, una lección

Cada reto trae consigo una lección. A veces, se trata de descubrir habilidades que no sabíamos que teníamos; otras veces, de aprender a pedir ayuda, a ser humildes o a reinventarnos.

La adversidad, lejos de debilitarnos, puede convertirse en el motor que impulsa nuestro aprendizaje y crecimiento personal. Los errores y tropiezos no son fracasos, sino escalones hacia la superación.

La diferencia entre quienes logran superar los retos y quienes se quedan a mitad de camino reside, muchas veces, en la actitud. Adoptar una mirada positiva, enfocarse en soluciones y perseverar ante las dificultades transforma cualquier desafío en una experiencia enriquecedora.

La voluntad y el esfuerzo son más poderosos que el talento innato, el compromiso es más importante que las palabras vacías, la lealtad y la verdad brillan sobre la soberbia del que no reconoce sus propias limitaciones y se confunde de camino.

Cada desafío superado nos acerca un poco más a la mejor versión de nosotros mismos. No hay mayor satisfacción que mirar atrás y reconocer que, gracias a los retos enfrentados, hoy somos más fuertes, sabios y resilientes.

Los desafíos no son más que el futuro vestido de posibilidades.

Las mezquindades y las ambiciones personales han llevado a este país al abismo una y otra vez.

Seguir caminando juntos

También en nuestras instituciones sentimos esas fuerzas que dividen, pero aprendimos —a veces con dolor— a sostenernos, a escucharnos y a seguir caminando juntos.

Las combatimos con nuestras armas: el trabajo silencioso de personajes que hacen miles de kilómetros sólo por la pasión que genera cada proyecto, por las ganas de mejorar las realidades de cada colega, la visión de un horizonte único que es el crecimiento institucional.

Levantamos las copas en este 65º aniversario como un tributo a nuestra historia, con los que hicieron posible todo este tiempo de crecimiento ininterrumpido, los que están y los que nos dejaron, los que apoyan y los que critican, los que entendieron nuestra esencia y los que a pesar de su experiencia la bastardean, los que creen y los que dudan.

Todos, absolutamente todos hacen a nuestra comunidad institucional, nunca dejamos a nadie afuera, es la manera de construir que siempre tuvimos y tenemos.

Ya sea en el silencio de una oficina, en el ruido de las calles de La Plata, en la soledad de rutas destruidas y complicadas, en el caos de autopistas atiborradas y enloquecedoras, van un grupo de bioquímicos, orgullosos, comprometidos, inmensamente generosos dejando parte de sus vidas tratando de que nuestras mesadas brillen un poco más.

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